El mapa de actores refleja de forma gráfica las conexiones entre los distintos usuarios que componen un servicio. Esto ayuda a tener una imagen clara sobre los usuarios que intervienen en el mismo, de cara a la identificación de las personas a investigar en la primera fase del proceso, o para estructurar la definición de las funcionalidades de la solución final.

1. Los mapas de las partes interesadas a menudo se crean primero de manera especulativa, con el equipo haciendo una lluvia de ideas para todas y cada una de las personas que puedan tener un interés personal en el territorio de diseño que define el proyecto. En este punto, es importante ser exhaustivo. Además de identificar a los usuarios finales, es fundamental incluir a las personas que se beneficiarán del proyecto, los que tienen el poder, los que pueden verse afectados negativamente e incluso aquellos que pueden frustrar o sabotear los resultados o servicios diseñados.

2. Las partes interesadas pueden identificarse por roles generales (estudiantes, conductores de entrega, enfermeras), roles específicos (CEO, gerente de proyectos, jefe de cirugía) o por personas reales (Robert, gerente de oficina; Linda, médico residente). El proceso inicial puede realizarse simplemente como roles publicados en una pizarra, tarjetas, notas o papel, y consolidarse como una lista o boceto.

3. El boceto luego evoluciona hacia una estructura más organizada, definiendo posibles jerarquías y relaciones clave entre roles o personas. Estas relaciones se pueden visualizar a través de la escala, una línea que los conecta y la proximidad, esforzándose por dar sentido y claridad de comunicación para el equipo.

4. Desde la versión especulativa, las iteraciones del mapa de partes interesadas evolucionan a medida que los componentes reales y sus procesos y relaciones de trabajo se identifican y definen con mayor claridad. Poco a poco, a medida que se desarrolla el boceto y se alcanza el consenso, generalmente se visualizará como un diagrama completo.