Una clasificación de tarjeta es una forma rápida y fácil de iniciar una conversación sobre lo que más le importa a las personas para las que estás diseñando. Al poner un mazo de cartas, cada una con una palabra o una imagen individual, en las manos de alguien y luego pedirles que las clasifiquen en orden de preferencia, obtendrás una gran visión de lo que realmente cuenta. También puedes usar el ejercicio Clasificación de tarjetas para comenzar una conversación más profunda sobre lo que él o ella valora y por qué.

1. Diseña tu mazo de cartas para el tipo de tarjeta.

2. Usa una palabra o una imagen en cada tarjeta, asegúrate que lo que selecciones sea fácil de entender. Las imágenes son una mejor opción si la persona que realiza la Clasificación de cartas habla otro idioma o no puede leer.

3. Cuando adaptes su mazo de cartas a tus objetivos de investigación asegúrate de mezclar ideas concretas con otras más abstractas. Puedes aprender mucho sobre cómo la persona para la que estás diseñando entiende el mundo haciendo este ejercicio más que una simple clasificación.

4. Ahora entrega las tarjetas a la persona para la que estás diseñando y pídele que las clasifique de acuerdo con lo que considere más importante.

Hay un par de variaciones en este método que funcionan bien: en lugar de pedirle a la persona para la que está diseñando que clasifique las tarjetas en orden de preferencia, pídele que las organice como mejor le parezca. Los resultados pueden sorprenderte. Otro ajuste es plantear diferentes escenarios. Pregúntale a la persona que está diseñando cómo ordenaría las tarjetas si tuviera más dinero, si fuera vieja, si viviera en una gran ciudad.